El Bolao, Cóbreces

En Arqueovuelos nos encanta visitar ese otro Patrimonio más desconocido y por ello hemos dedicado la cuarta entrega a un ejemplo de nuestra herencia etnográfica. Podríamos haber escogido cualquiera de los miles de molinos en ruinas que jalonan nuestras riberas y costas, no obstante, edificios o yacimientos no son nada sin su entorno y, en algunos casos, como el de El Bolao en Cantabria (Cóbreces, Alfoz de Lloredo), sus acantilados conforman la percepción que tenemos de los muros que aún quedan en pie, embelleciendo las sencillas construcciones.

Del mismo modo se eligió la desembocadura de un arroyo para aprovechar la orografía del terreno en el punto donde se forma una cascada, justo antes de su caída al Cantábrico. La fuerza de las aguas debió ser suficiente para dar movimiento a las enormes piedras encargadas de triturar trigo y maíz, que hoy día no se conservan. Con el fin de incrementar aún más la potencia de las aguas, construyeron una presilla justo al lado del molino. Podemos visitar, además, otra edificación que no está justo al borde del agua y que pudo ser utilizada como vivienda. Todo el conjunto conserva los restos de la carpintería perteneciente a la última época de uso (mediados del siglo XX), mientras que el actual acabado a base de bloques de hormigón y cemento obedece a medidas de protección sobre los materiales originales de la estructuras murarias.

El Bolao
En primer plano, la construcción utilizada como vivienda. A la izquierda, los edificios que dedicados a la molienda

 

Cerca del molino ubicado junto a la cascada, cuya fecha en el dintel nos indica su construcción en 1867, existen restos de otras dos estructuras molineras más antiguas, una situada aguas arriba y otra aguas abajo.

Actualmente el conjunto está pendiente de ser declarado Bien de Interés Cultural e incluido entre los Paisajes Protegidos de Cantabria, así como de una futura intervención para dar mayor accesibilidad a la zona. El proyecto incluye pasarelas y un mirador al que se oponen los vecinos y las asociaciones ecologistas, ya que supondría un irreparable impacto visual.

Quizá no sea necesario que este lugar cuente con una afluencia masiva de turismo, ni que el tráfico rodado pueda llegar justo hasta el borde mismo de los acantilados, aunque habría que tomar alguna medida de menor incidencia en el entorno para que las personas con movilidad reducida pudiesen también disfrutar de tan estremecedor paraje. Mientras el debate está sobre la mesa, nosotros seguiremos volando y divulgando.

Fly Over The Past.

RECUERDA QUE:
  • Debemos tratar con respeto los restos etnográficos para que todos los visitantes puedan disfrutarlos.
  • Debes dejar todo tal y como lo encontraste.
  • Sé respetuoso con la naturaleza. Estás dentro de un espacio natural en el que existen especies animales y vegetales endémicas.
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